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Xiomara Vargas

"Enemigo inesperado, enemigo derrotado" 

 

Los momentos más difíciles son los menos esperados,

Y me tocó vivirlos junto a ti.

Fue cuando el enemigo invisible tocó tu puerta,

No lo abriste, pero entró a la fuerza.

Trajo consigo días y noches de mucho dolor y aflicción,

Pero no dejé de creer en tu fortaleza,

En tu paciencia y en tus ganas de seguir.

Tu convicción de lucha te mantuvo en pie,

Tus ideales te replantearon un nuevo camino hacia la victoria.

La resistencia fue nuestra mejor estrategia y nuestra fe, la mejor medicina.

Ahora, después de quince eternos días,

Con honor puedo flamear la bandera roja,

Y proclamar entusiastamente que: ¡Vencimos a quien nos quería vencer!

En conclusión, ni el Covid-19 nos pudo separar, menos derrotar.

Hasta la victoria por siempre, mi estimado compañero de luchas.

"¡No te quedes en casa, únete la la lucha" 

Recuerdo que leí sobre diversas conspiraciones acerca del origen del Coronavirus (COVID – 19), una de ellas fue sobre la que se originó dolosamente en un laboratorio de la ciudad de Wuhan en China, con el propósito de repotenciar su economía con la posterior venta de vacunas anticovid a nivel mundial. Si esto es cierto o no, ya no es un tema que me quita el sueño, pero lo que es dolorosamente cierto es que el coronavirus viene colapsando el sistema de salud de diferentes países alrededor del mundo. Ergo, me centraré en hacer un breve análisis socio-político sobre lo que viene aconteciendo en esta parte de la Amazonía peruana. 

Recordemos un poco sobre los terribles episodios que han sacudido a nuestra ciudad entre los meses de abril, mayo y junio del 2020. Fueron hechos que provocaron el repudio del pueblo hacia el gobernador regional Elisbán Ochoa Sosa, quien no actuó con diligencia ─desde el principio─, para canalizar oportunamente el presupuesto asignado por el Gobierno Central, con el fin de afrontar la crisis sanitaria en nuestra Región, provocando el sufrimiento de un pueblo duramente golpeado.

 

La falta de implementación de los equipos de protección personal para el sector salud, fue uno de los hechos que provocó conmovedoras súplicas por parte de los médicos y demás personal de salud, solicitando de esa manera mayor consideración y protección en el ejercicio de sus funciones. Asimismo, pese a las protestas realizadas en las instalaciones del Hospital Regional de Loreto, los médicos solo recibieron el desprecio del gobernador, quien condicionó a los médicos, al punto de qué si no quieren continuar trabajando en esas condiciones, simple y llanamente serán despedidos.

 

Otro hecho descabellado fue sobre el gran negocio del año, me refiero al nuevo delito que debería estar incluido en el Código Penal, como “Tráfico Ilícito de balones de oxígeno”, debido a que mucha gente murió por falta de uno, mientras que los traficantes se enriquecían a cuesta del dolor y sufrimiento del pueblo.

 

La falta de camas dentro de la Unidad de Cuidados Intensivos y los insuficientes respiradores mecánicos provocaron desesperación y zozobra en los familiares de cada paciente, los mismos que iban muriendo  ─más rápido por la indiferencia del gobierno que por el propio virus─, eran embalados dentro de bolsas negras (las que se usan para juntar basura) e iban con dirección a ser inhumados en el supuesto cementerio Covid, que parecía ser un terreno intacto, y los deudos dudaban de que sus muertos se encuentren allí.  Por ello es que solicitaban la exhumación inmediata de los cadáveres para darles un entierro digno; sin embargo, según protocolos absurdos y procesos judiciales burocráticos, tenían que esperar el transcurso de un año y un día, causando mayor indignación en los deudos, quienes estaban dispuestos a ir con pala en mano para sacar a sus muertos de ese terreno, que en ningún extremo cumplía las características de un cementerio, propiamente dicho.

Gracias a cada uno de los hechos antes mencionados, había quedado demostrado que la inoperancia del gobernador, era motivo suficiente para la destitución de su cargo dentro del gobierno regional. El pueblo doliente estaba dispuesto a revocarlo junto al Vice gobernador y al Consejo Regional. Pero, aparecieron oportunistas que desde el principio no fueron claros con el pueblo para iniciar un proceso de revocatoria, porque cada uno de ellos debieron presentar sus verdaderas pretensiones e inclinación política y no negándose a una. Pues, se supone que no tenían nada que ocultar o de qué sentirse avergonzados, debieron informar al pueblo sobre el real proceso de la revocatoria, quiénes participan en ella y a quiénes encontraremos al consumarse la misma.

Al parecer, los revocadores estaban a la expectativa de aprovecharse de la situación para ganarse un espacio dentro de futuras contiendas electorales. ¡Mismos oportunistas! Porque si hubieran tenido verdaderas intenciones de lucha contra el sistema, hubieran optado por la organización junto al pueblo y no aprovechándose de su dolor.

Ahora, en plena segunda ola de contagio por el Coronavirus (COVID – 19), el Consejo de Ministros, decidió qué desde el 08 de febrero del presente año, la provincia de Maynas entrase a la categoría de nivel de Riesgo Extremo, debido al alto número de casos que se venían presentando como resultado de una segunda ola en la provincia de Maynas, puesto que nos encontramos muy cerca de la denominada triple frontera (Brasil, Colombia y Perú). Zonas que preocupan debido a la llegada de la variante brasileña, conocida por su alto nivel de contagio, y específicamente en Iquitos, que es una ciudad que cuenta con dos hospitales de alta capacidad resolutiva equipados de camas UCI, respiradores mecánicos, suficientes balones y plantas de oxígeno. Cálculo inexacto. Todas estas imprecisiones se convirtieron en una atroz utopía, porque desgraciadamente seguimos perdiendo vidas del pueblo  que jamás tuvieron la mínima oportunidad de gozar del derecho a un sistema de salud de calidad.

 

En la cara de los médicos se ve el dolor, la desesperación y la impotencia. Sus esfuerzos son insuficientes porque el sistema ha colapsado nuevamente. La planta de Essalud tiene la capacidad para abastecer 180 balones de oxígeno al día, pero la demanda hoy en día es de 300 balones. En el Hospital Regional de Loreto, en el módulo Covid, el oxígeno se acaba varias veces al día y es en ese preciso momento en el que perdemos vidas. En la calle conseguir oxígeno se ha vuelto como buscar una aguja en un pajar, y si se encuentra, el precio es inaccesible para la mayoría. Ahora, resulta muy difícil para mí, poder asimilar lo que aconteció en la mañana del 21 de febrero del presente año, en la sala UCI de ESSALUD, que, por una falla mecánica en la tubería de abastecimiento de la planta de oxígeno, varios pacientes agravaron su estado de salud con evolución desfavorable. Las nuevas víctimas fueron el reconocido Abogado y Brigadier del Cuerpo de Bomberos Rodolfo Arévalo Acurcio, a quien se le apagó la vida a causa de una fatal asfixia. Asimismo, el periodista Felipe Santiago Sánchez Ramírez, quedó con muerte cerebral debido a la falta de oxígeno. Incluso, otros pacientes que se encontraban en la misma sala no se salvaron ni con reanimación inmediata.

 

Queda demostrado que la indiferencia y la ineptitud de las autoridades está matando más rápido a la gente que el propio virus. Urge coordinar con gobiernos regionales que cuentan con disponibilidad de oxígeno para que llegue a los hospitales en déficit, sin importar la jurisdicción. Cada metro cúbico que se logre traer es una esperanza de vida para cientos de personas. Siempre nos gobernó una organización criminal para robarnos, la diferencia de hoy en día es que nos están matando.

 

La pasividad y la inacción en contra de los responsables también nos seguirá matando. La cuarentena nos está ahogando, el hecho de permanecer encerrados en nuestros hogares también nos está asfixiando y eso no ayuda mucho. Prácticamente estamos conviviendo con la muerte, debemos salir y enfrentarnos valientemente por encima de decretos que solo están para respaldar y solapar el actuar de los que se creen intocables. Tenemos suficientes motivos para salir a reclamar por nuestros derechos vulnerados como el derecho a la vida, a la salud y a la libertad. Asimismo, tenemos el compromiso y el deber histórico de no dejarnos avasallar, organizándonos conjuntamente con el pueblo que está dolido e indignado. Que esa indignación se convierta en lucha. No podemos quedarnos de brazos cruzados, sin mover absolutamente ni un dedo, de lo contrario estaremos renunciando a nuestras convicciones de lucha. No olvidemos que quienes tienen aspiraciones personales, jamás entenderán una lucha colectiva.

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