Marco Antonio Guevara Mananita
Editorial
Metamorfosis
Cuando el arte por el arte se compromete alcanza la cima
Se cayó su mundo
Le habían dejado sola,
Se desangraba con lágrimas internas
Pero halló en su cuerpo la respuesta
Por el cual era amante.
La palabra es un ser que tiene vida propia, que late, que tiene movimiento y forma, que tiene en cada letra de una oración concluida su propia existencia suficiente para crearse y ser un reflejo material producto de la cognición misma, resultado del ejercicio del pensar del cerebro humano. La palabra tiene estética y este ejercicio es al igual o parecido a cuando los hombres huyen del concepto físico, pero siempre existirán hombres y mujeres que solo se fijan en los aspectos palpables de lo creado y que por una razón retórica solo se ve en su sentido unilateral, he ahí, la explicación a muchas desgracias a futuro de los malentendidos del poder de la palabra. La estética en la palabra no radica solo en la representación gráfica de signos lingüísticos sino en la figura que se desarrolla mediante un proceso de reproducción complementaria de los cinco sentidos que conducen la información hasta el cerebro y este desmenuzándola forma la imagen de paradojas idóneas en el descubrimiento de las palabras correctas, precisas y concretas, y no negaré el heterogéneo efecto que causan las palabras mismas cuando provocan la segregación y excitación de las respectivas hormonas que adulteran las emociones, esto es el aspecto subjetivo explícito de toda interpretación.
La palabra como dosis necesita de una preparación previa para así, después para poner en el producto final, la correlación de palabras de un texto, puesto que de esa forma el efecto es contundente. El lenguaje nos permite experimentar en dos territorios: lo objetivo y lo subjetivo. Permítanme atender su imaginación con un ejemplo: “Cargo tus nubes blancas en el lomo de un bufeo colorado” la imagen mental nos lleva a muchos escenarios desde lo concreto hasta lo irreal, el torrente que se produce en las palabras es el preparador de esta dosis que hace posible la asimilación y dentro de ella la comprensión pasando al proceso interno sentimental tanto para el creador que se convierte en lector de su misma creación como para el lector idóneo.
Como hemos visto en líneas anteriores, la palabra es un ser que razona en su propio sentido, pero no ajeno al interpretante (claro que necesita de alguien para vivir con vida propia) pero para ello el creador tiene que cumplir con una regla obligatoria que es ser el torrente adecuado para la dosis además de ser un lector crítico de su realidad, esto va a conllevar a que la creación sea una dosis auténtica.
Por nada del mundo el autor puede ser ajeno a dos razones, uno es la necesidad de pensar como ser social y otro como ser individual, de lo contrario le niego la vida como tal, todos tenemos la libertad de creación que no es más que el impulso interior de nuestro pensar, pero el artista crece y vive en un mundo, representa una sociedad y la defensa de este es la metamorfosis que sufre su creación, por lo tanto esta unión artística comprometida se potencia, halla el espacio del crecimiento emocional y crítico de la realidad misma.
La belleza de la palabra radica en unir estos dos aspectos del creador, teniendo la oportunidad de prestarse para dos razones de la vida, de esta forma el arte por el arte se compromete y logra llevar de la mano la lucha por una realidad mejor, cambiada y educada, conocedor de sus derechos y sus fuerzas para hacerlas respetar y buscar siempre lo mejor para todos, la belleza de la palabra es que es el primer impulsor del pensamiento crítico. Que las rimas se unan para amar y luchar, que los recursos literarios enaltezcan el alma de las dos razones en el individuo, que las estrofas libres o abrazadas, métricas y asimétricas lleven la razón del por qué vivir.
La palabra halla estética cuando alcanzamos el nivel crítico para pensarla, sentirla, mirarla, olerla, tocarla y probar de ella la razón del por qué fue creada, entonces la catarsis se da de forma verdadera y completa, con todos los sentidos. Todo es parte de un proceso que nos permite crecer, conocer y aprender la Phisis de los griegos o de los indígenas amazónicos.
La palabra con estética es la base que soporta independientemente dos vidas hasta más a través de las creaciones artísticas, no obstante se crea y elimina sociedades que oprimen desde una clase dominante, también roe y construye en el individuo un muro capaz de soportar la ambigua soledad acompañada por el nadie, todos los marginados por las argollas artísticas. Sentidos te invita a vivir nuestra cuarta presentación, creada para reforzar la identidad de cada uno de nosotros, con un interés amplio e internacionalista y comprender la diversidad del cual somos afortunados para resistir y transformar.